Me gustaría contaos una experiencia que he vivido recientemente y que me ha encantado. Se trata de una de esas cosas que apetece mucho recomendar a todo el mundo. Hablo de una cata de vino muy especial, que ha sido una de las mejores que he podido disfrutar, por no decir la mejor.
Efectivamente, habéis descubierto todos que el escenario fue, como no podía ser de otra forma, el Bierzo. Pero, aunque la tierra tira y uno muchas veces no es objetivo con este tema -aunque intento serlo-, este evento lo recomiendo porque realmente merece la pena. La cata en cuestión forma parte de un ciclo de catas que se desarrolla en La Moncloa de San Lázaro –un maravilloso lugar que me tiene enamorado-, a lo largo de todo el año y que se denomina «Bierzo, Catar para Amar». Concretamente, se trata de un proyecto creado por La Moncloa y Con Mil Amores, una fábrica de magia donde Rubén García Franco, aventurero vitivinícola con más de 15 años de experiencia en el sector enológico alrededor del mundo, que se han unido para crear experiencias sensoriales e inspiradoras que generen entusiasmo y pasión. Un recorrido a través de los vinos del Bierzo, de valles y montañas. Un punto de partida para nuestros sentidos. Una fusión de vinos, gastronomía, arte y música en un entorno atractivo, La Moncloa de San Lázaro. Un placer sensorial, un esfuerzo por aprender y por profundizar en el terreno de las emociones.
Por otro lado, también cabe mencionar que el objetivo de cada cata es profundizar en el conocimiento y divulgación de los vinos del Bierzo, a partir del desarrollo de 2 catas mensuales, de 2 horas de duración, aptas para todos los públicos. En concreto, estas se desarrollaran el primer y el tercer viernes de cada, hasta junio de 2014.