El sábado ví la película «Los Girasoles Ciegos». Por si hay algún rezagado, me refiero a la obra dirigida por el cineasta José Luís Cuerda, basada en una novela de Alberto Méndez.
En realidad iba a ver «Ché, el argentino», pero curiosamente al cine se le había estropeado la cinta y tuve que decidirme por otra de las del cartel. Tenía muchas pendientes… y elegí esta.
Realmente tengo que decir que me ha sorprendido gratamente. He salido del cine con una sensación agridulce. Me ha encantado el «film» pero ha despertado en mi ciertas sensaciones… teñidas en su mayoría por tristeza e impotencia. También me ha hecho reflexionar mucho, pero no creó que sea el momento adecuado para contarlo. Quizá otro día lo haga.
La película interpretada por Maribel Verdú, Javier Cámara y Raúl Arévalo está ambientada en la postguerra Española.
Según la sinopsis, cada vez que Elena (Maribel Verdú) cierra la puerta de su casa, echa la llave de sus secretos. Al mismo tiempo que sortea los rigores de la posguerra, Elena levanta junto a su hijo Lorenzo (Roger Princet) una fachada de apariencia para ocultar la verdad sobre su familia: Elenita (Irene Escolar), la hija adolescente, se ha fugado embarazada con su novio Lalo (Martín Rivas), un joven que lleva meses en las listas de la policía. Y Ricardo (Javier Cámara), su marido, vive oculto en un hueco practicado en el dormitorio matrimonial. Por su parte, Salvador (Raúl Arévalo), un joven diácono que duda en colgar la sotana después de verle la cara al caos y a la muerte, se obsesiona con ella, hasta el punto de presentarse en su domicilio y acosarla, lo que impulsa a Ricardo a descubrirse para ayudar a su mujer.
He debatido con algunas personas sobre la interpretación de Maribel Verdú y de Javier Cámara. Hay mucha gente que piensa que son poco creíbles. A mí personalmente me han gustado. Y valoro positivamente el cambio de registro de Cámara, que habitualmente estamos más acostumbrados a ver en otro tipo de géneros, como en comedias.
A mí Maribel Verdú me gustó mucho. Javier Cámara, menos. Y la escena que tú y yo sabemos…es tragicómica! Pero para mí el mejor, es el niño. Un gran actor, como ya demostró en «El orfanato»
Sí, comparto tu análisis. De todas formas reitero que a mí, en general, me han gustado. Y aunque Cámara no se salga como lo suele hacer en la comedias… hay que valorar el cambio de registro. Quizá la próxima vez esté más afortunado…
Respecto al niño a mí también me ha encantado. Creo que su interpretación y la del diácono son bastante buenas. El dilema estaba en Maribel Verdú y Javier Cámara, ya que hay muchas personas con las que he hablado que directamente no se los creen. Por eso lo he especificado…
hola majete,
me gusta mucho cómo escribes!
Nos vemos en la kedada!
Javi
Hola Javi,
Muchísimas gracias tio, es todo un alago.
Espero contar con tus comentarios cuando publique post de cine y/o de teatro, ya que estaría encantado de tener la opinión de un gran profesional como tú.
¿Vas a Salamanca? Sino el primer miércoles de noviembre… a ver si esta vez nos acordamos y podemos, jejejejejejejeje.
Un fuerte abrazo
Juanma