En plena fiebre del iPhone 3G y de la aparición del N95 (de Nokia) y del G1 (de Google)… hace unos días he leído una información proporcionada por la agencia de noticias AFP que alertaba sobre la posible relación entre el uso del teléfono móvil y el cáncer de cerebro. Esta es una preocupación que siempre ha rondado mi cabeza. Desde que inventaron estos ‘cacharros’ siempre he pensado que no podían ser nada buenos para nuestras cabecitas… al margen de que se han hecho imprescindibles en nuestras vidas.
Pues bien, hace casi una semana dos científicos estadounidenses intervinieron en su Congreso para advertir de este posible vínculo. Concretamente, los profesionales David Carpenter (director del instituto de salud y medioambiente en la universidad de Albany -Nueva York-) y Ronald Herberman (director del instituto de cáncer en la universidad de Pittsburgh -Pensilvania-), hicieron diversas comparaciones, como por ejemplo, la correlación entre la utilización de móviles y el padecimiento de tumores cerebrales podría parecerse a la relación entre el tabaco y el cáncer de pulmón, que la industria tabaquera y la sociedad tardaron 50 años en reconocer.
Además, según estos técnicos, el riesgo de cáncer cerebral por el uso del móvil es bastante más grande para los niños, que tienen cerebros más vulnerables, que para los adultos. Igualmente, según sus investigaciones, «un tumor en el cerebro tarda cerca de una década en desarrollarse». Estos estudios califican como uso «regular» la utilización de un móvil sólo una vez por semana.
Por otra parte, a juicio de Herberman y Carpenter, citando un estudio israelí, también «existe un alza del 50% en las posibilidades de desarrollar un cáncer en la glándula salival con el uso de estos terminales. Esto ocurre en el lado de la cara que se utiliza más frecuentemente para hablar por el móvil».
Para finalizar, Herberman sentenció que «teniendo en cuenta los 70 años que nos llevó retirar el plomo de la pintura y los 50 años que tardamos en establecer convincentemente el vínculo entre el hábito de fumar y el cáncer de pulmón, debemos aprender de nuestro pasado y hacer un mejor trabajo al interpretar la evidencia de riesgos potenciales. La mayoría de los estudios que alegan que no existe un vínculo entre móviles y tumores cerebrales están ‘desactualizados’, tienen problemas metodológicos y no incluyeron un número suficiente de usuarios de móviles a largo plazo», explicó el científico.
Por todo esto, y sin ánimo de ser alarmista, me vuelve a surgir la eterna pregunta de si no nos estaremos friendo los sesos sin darnos cuenta, y lo que es peor aún, sin planteárnoslo ni si quiera. Es probable que las ondas electromagnéticas del móvil nos causen daños. Pero actualmente la ciencia está dividida respecto a los efectos biológicos de estos campos. De todas formas, no podemos vivir sin móvil, así que casi mejor no pensarlo. Porque sino tendríamos que alejarnos también del microondas, del ordenador… No se… que cada uno saque sus propias conclusiones… Yo estoy confuso. ¿Vosotros que pensáis?
Por cierto, igual mañana no puedo venir, asique si venís y pasáis lista, no me pongáis falta, por favor. ¡Gracias!
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¿Será esta la solución?
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Un abrazo
Tu artículo pone un poco los pelos de punta Juanma. Y sí que es un poco alarmista. Yo ya no me imagino la vida sin móvil. Pero sí que es cierto que a veces, después de hablar, tengo la oreja muy roja. ¿Me estaré friendo la oreja?
Hola Usúe. ¡Qué alegría! Es un honor tenerte aquí y que encima me dediques unas palabras.
Te cuento… Tal y como indico en el propio artículo, mi intención no es alarmar. Considero que es una noticia importante e interesante para el lector… y que es conveniente divulgarla. Por lo menos para que la gente se entere y que con los datos en la mano saque sus propias conclusiones. Si pone los pelos de punta… será por algo…
Reconozco en el propio texto que no podemos vivir ya sin móvil. Pero que esto sea así no es motivo para no reflexionar sobre los efectos que puede provocar (o no).
Me ha hecho gracia lo de que te fries la oreja… De todas formas date cuenta de que si hablas mucho por el fijo también se te calienta y cambia de color… Yo te recomiendo que te vayas cambiado el teléfono de oido (ya sea fijo o móvil) cada pocos minutos, jejejejejejejejejeje. Por otra parte y ya que nombras oreja frita… tanto de esa forma, como a la plancha, como cocida… está muy rica… jajajajajajjajaja.
[…] mi punto de vista en los argumentos ya expresados en uno de mis primeros post en Plumilla berciano: ¿Nos estamos friendo los sesos?. Complementados con otros datos y estudios sobre los que he […]