Hoy vuelve a ser una buena ocasión para acercaros la trayectoria de uno de esos tantos «Bercianos x el Mundo» que están triunfando fuera de su lugar de origen. En esta ocasión ponemos rumbo a Estados Unidos para visitar a Sandro Díez Amigo, economista y estudiante de doctorado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), de Boston, Massachusetts. Excelente profesional e incansable viajero. Sin más dilación, esta es su interesante historia.
Hace ya algunos meses que Juanma me invitó a escribir unas líneas para su sección de “Bercianos x el mundo”, y es un placer poder aportar mi granito de arena a esta sección, que creo es una excelente idea que permite seguirles la pista a todos los bercianos que, más cerca o más lejos, están “en el exilio”. Ésta es mi historia:
Nací, supongo que como la mayoría de los de mi generación, todavía en el antiguo hospital Camino de Santiago, hace 27 años. Mi padre es de Posada del Bierzo y mi madre de Dehesas. Y es en este lugar donde viví mis primeros años y a donde volví casi todos los fines de semana durante mi infancia, después de que mis padres se mudasen a Ponferrada.
A menudo aquellos que se han criado en una ciudad, grande o pequeña, suelen estar bastante orgullosos de ello, y, a veces, incluso miran con algo de desdén a los que se han criado en un pueblo. Personalmente, yo creo que no sólo no hay nada de malo en esto último, sino que a la mayoría de “señoritos” de ciudad les hubiera venido bastante bien un poco de campo en su infancia y en mi caso no podría estar más feliz de haber pasado una gran parte de mis primeros años correteando entre los surcos de la huerta de mi abuela en Dehesas o entre las filas de manzanos de la finca de mi abuelo en Posada. No puedo imaginar mejores recuerdos que los de pasar el tiempo asando manzanas en la lumbre durante la matanza en Posada, esperando a que me llamasen para comer los chichos, jugar con mis primos “a la guerra” en algún maizal de Carracedelo, acompañar a mi tío con sus ovejas en Priaranza o, simplemente, ver como mi abuela cuidaba de su jardín en Dehesas. Supongo que hay gustos muy distintos, pero yo no cambiaría nada de lo anterior por todo el asfalto del mundo. Estoy encantado de que mi primera mascota fuese una gallina y el que hoy pueda dormir como un tronco en cualquier avión tiene probablemente mucho que ver con que de pequeño me quedase dormido, a la primera de cambio, en el regazo de mi abuelo cuando me llevaba con él en su tractor a la finca.
Como ya he mencionado, cuando yo tenía unos tres años mis padres se mudaron a Ponferrada, a la calle Campo de la Cruz. Al año siguiente comencé preescolar en el colegio del mismo nombre. A los pocos años mis padres se mudaron otra vez a la que sería mi casa durante la mayor parte de mi vida, en el Polígono de las Huertas, pero a pesar de la distancia mis padres decidieron que siguiese en el mismo colegio y mi madre estuvo llevándome y yéndome a buscar todos los días durante muchos años. La verdad, supongo que habría sido feliz en cualquier otro colegio, pero me alegra que mis padres se sacrificasen para que yo pudiese seguir en el Campo de la Cruz hasta 8º de EGB. Muchos de mis compañeros de entonces siguen siendo buenos amigos y también recuerdo con mucho cariño a mis profesores de entonces: Doña Julita, Doña Dulia, Doña Eva, Don Amable, Don Pedro, Don Domingo, Don Víctor, Don Paco…
Mi generación fue la última en cursar la E.G.B., así que al acabar 8º empecé 3º de la E.S.O. en el Álvaro de Mendaña. La mayoría de mis compañeros de colegio siguieron estudiando en el Gil y Carrasco, pero en mi clase en el Álvaro había chavales de muchos colegios y partes de la ciudad, así que no me costó mucho hacer amigos y el instituto se me pasó bastante rápido. Siempre me han gustado los aviones, así que no tuve muchas dudas y tras pasar la Selectividad me fui a Madrid a estudiar Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Politécnica. Sin embargo, casi inmediatamente descubrí que el que te gusten los aviones no garantiza en absoluto que te guste la carrera de aeronáutica, así que después de tan sólo un par de meses decidí que lo mejor era dejarla. Estuve trabajando en Madrid el resto del curso y al año siguiente me matriculé en la Licenciatura en Economía en la Universidad Carlos III. Mi principal queja sobre aeronáutica era que una vez en la facultad me pareció una carrera muy fría y, aunque me sentía cómodo con las “ letras”, no estaba seguro de querer alejarme de las “ciencias”, así que pensé que una carrera de ciencias sociales como Economía, a caballo entre las matemáticas y la historia, sería más adecuada para mí. Además, la Universidad Carlos III ya ofrecía entonces la posibilidad de cursar la licenciatura en economía en inglés, lo que me pareció una gran oportunidad.
Los cambios siempre entrañan riesgos, pero mirando atrás no podría estar más satisfecho con los resultados. Además de estar encantado con el contenido de la licenciatura, me fue muy bien y me gradué en el primer lugar de mi promoción, ganando también el primer premio nacional de fin de carrera al mejor expediente académico. Durante los últimos años de la licenciatura había trabajado como asistente de investigación en el departamento de Economía de mi universidad y en el Centro Superior de Investigaciones Científicas y la experiencia había sido buena, así que decidí aceptar una oferta del Massachusetts Institute of Technology para cursar estudios de posgrado en su departamento de economía, con una beca de la Fundación “La Caixa”. El ambiente allí es espectacular y además de una educación de gran calidad, la universidad me ofreció muchas oportunidades, como trabajar un verano con el Banco Mundial y el Jameel Poverty Action Lab en Indonesia, intentando mejorar las políticas anticorrupción del país y fue esa experiencia la que me hizo decidir especializarme en políticas de desarrollo en mi investigación. Sin embargo, a pesar de que el haberme mudado a Madrid ya había supuesto una aclimatación, Estados Unidos era un país completamente distinto. Y la distancia y a la diferencia horaria hacían que me sintiese mucho más lejos de casa. Además, tenía la sensación de no haber tenido suficiente experiencia profesional no académica, por lo que tras un par de años decidí graduarme con un máster en Economía y buscar trabajo en España, en lugar de seguir con el doctorado. Tuve suerte y enseguida encontré un buen trabajo y después de unos meses sabáticos, que aproveché para realizar algunos viajes que tenía pendientes desde hace tiempo y pasar tiempo en casa, me mudé de nuevo a Madrid. Al final, más que en Madrid estuve casi todo el tiempo trabajando en proyectos en Alicante y Ghana, pero aún así la mayoría de las veces podía volver a casa el fin de semana, o visitar algún otro lugar aprovechando el viaje por trabajo, así que no puedo quejarme. La experiencia fue muy buena, pero al cabo de un par de años decidí que era hora de retomar los estudios y acepté una oferta para volver de nuevo a Estados Unidos, a cursar el doctorado en Economía en la misma universidad, con una beca de la Fundación “Rafael del Pino”. Y aquí estoy. De nuevo, el cambio que supuso el ponerme a trabajar unos años entrañaba un riesgo, pero la experiencia profesional me ha servido para saber mejor lo que quiero en términos académicos y me encuentro más centrado. En términos personales, sé que aunque ahora mismo la vida me ha llevado lejos, tengo muy claro que en el medio y largo plazo quiero estar, si no en El Bierzo, lo más cerca posible, porque aquí es dónde está casi toda mi familia y buenos amigos. Todo el mundo necesita tener un lugar al que llamar hogar, y yo, como muchos otros bercianos, he tenido la suerte de no tener que buscarlo porque nací en él.
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Ver otros “Bercianos x el Mundo«.
La saga de los «Diez» sigue y sigue
Sandro. buenas tardes . me llamo Balbino y soy de Ponferrada . pero vivo en Brasil . já hace aproximadamente 50 años . me ha gustado mucho tú historia de vida . te felicito tú realmente eres el hijo que todo padre gustaria de tener . que continues sempre así . creo que llegaras a ser una persona importante en la sociedad Española . que me parece que precisa mucho de jovenes talentos com tú.
um abrazo
Balbino Arias Gonzalez
Bienvenido Sandro a este club de bercianos que andamos por el mundo, pero siempre con el Bierzo en su corazón.Ademas me siento una vez mas super orgullosa, del talento que ha sale de nuestra tierra, parte que teniendo Genes de Posada Y Dehesas,tienes sobretodo ser muy «»Buena Gente «».Recibe un fuerte abrazo desde Holanda, y te deseo que sigas cosechando muchos Existos.