Hoy, 30 de noviembre, es la festividad de Saint Andrews, el santo patrón de Escocia. A pesar de aquí en Escocia no es festivo, este día es celebrado por los escoceses con gran entusiasmo. Es una maravilla verlos disfrutar como enanos con sus vestidos típicos. En un día como este no quería dejar pasar la oportunidad de contaros brevemente su historia.
Saint Andrews (San Andrés, en castellano) fue un pescador que predicó el cristianismo por Asia Menor y Grecia. Precisamente en este último lugar fue crucificado en una cruz diagonal. Esta simbología, la cruz de San Andrés, es la que precisamente aparece en la bandera de Escocia. También está presente en otros emblemas y banderas a lo largo y ancho del mundo. Sin ir más lejos, en España, aparece en la de Tenerife (muy similar a la escocesa) y en la de Logroño, entre otras muchas. Además de, como no, en la de mi tierrra, El Bierzo.
Al parecer Saint Andrews nunca estuvo en Escocia, pero aquí se conservan sus huesos. Ya que, según la leyenda, la expedición que llevaba sus restos a Estambul (por aquel entonces denominada Constantinopla) se perdió y fue a parar a las costas escocesas. Actualmente, descansan en la catedral de Saint Andrews, en la localidad del mismo nombre.
¡Happy Saint Andrews Day!
X.O.X.O
A Saint Andrews, a la Virgen María y a todo el Santoral vamos a tener que rezar para que la Junta de Castilla y León empiece a hacer algo por el Patrimonio. Esta vez, mejor dicho, una vez más, el patrimonio del Bierzo sufre una agresión, y esta vez nos toca de cerca amigos. De nuevo las pinturas rupestres de Librán. Os recomendaría que leyeseis la noticia en el Diario de León para que veais, a toro pasado, cómo desde la Junta, el Señor Courel ahora se lamenta y vuelve a la justificación de siempre que si la provincia es muy grande, que si los vándalos son muchos, que si los jabalies comieron porquerías… (eso último no lo dice él, lo dice Asterix, pero ya da igual y sólo quería meter algo nuevo en el mas que manido discurso oc¡ficial sobre el patrimonio).
En fin San Andrés, que en esta ocasión a ti rogando y, como siempre, por el Ptrimonio llorando.
Un saludo