Os tengo un poco abandonados. Lo siento mucho. Es que estoy embarcado en una nueva experiencia de la que en breve os daré más detalles. Lo cierto es que no tengo mucho tiempo para dirigirme a vosotros, aunque siempre que pueda aquí estaré. Pronto volveré a daros guerra.
Me hubiese gustado hacer alusión a muchos temas que han ocurrido últimamente. Entre ellos, la lacra del fuego. El Bierzo -y sus montes- no consigue zafarse ni un solo año de esta problemática. Para un año que parecía que librabamos… va y se quema todo al final del verano. He perdido ya la cuenta de las hectáreas calcinadas. Esperemos que las autoridades competentes pongan remedio a esto y aprovechen este invierno para apagar los incendios del próximo verano, para que estos no lleguen a producirse nunca. Y a los que van con mechero en mano… casi mejor ni gastar fuerzas en dirigirse a ellos. Deberíamos estar todo un poquito más concienciados.
Al margen de esto, quiero hacer referencia a la futura reforma de la ley de El Bierzo que tanto nos va a afectar a todos los bercianos. Cómo la mayor parte de vosotros sabréis, «próximamente», la Cortes de Castilla y León pretenden reformar la Ley de la Comarca de El Bierzo, de 1991, que dio origen al Consejo Comarcal.
El problema es que da la sensación de que las Cortes de Castilla y León quieren hacerlo rápidamente y sin contar con la ciudadanía, que es a la que realmente le concierne. Para ello el «Foro para la Reforma/Desarrollo de la Ley de El Bierzo», que considera la futura norma como hecha «de tapadillo y de espaldas al pueblo», está llevando a cabo una campaña de información y de recogida de firmas, para que esto no se produzca así y la población berciana pueda participar en este proceso que tanto le atañe.