Roger R. Fernández («BxM»)

En esta ocasión cruzamos el charco para viajar hasta Estados Unidos. Concretamente a Glendale (California), para visitar a Roger Fernández Rodríguez, más conocido en aquellos lares como Roger R. Fernández. A sus 75 años, es un profesor universitario jubilado, escritor, traductor y trotamundos.

No me extiendo más porque su perfil, realizado por él mismo por su vinculación con las letras, es un poco extenso -a la par que interesante-.

Desde mi nacimiento en abril de 1934 en Los Barrios de Salas (hoy día Salas de los Barrios), hasta el presente cuando vivo jubilado en Glendale, en los alrededores de Los Ángeles, Estados Unidos, mi vida ha sido algo así como una odisea aventurera y episódica de trotador mundial.

A principios de los años 40, a mi familia no le agradaba la forma en que soplaban los vientos del cambio, y a mí me tocó vivir el nuevo norte con memoria y esperanza. Fue así, pues, que al mudarse mi familia de Los Barrios de Salas a Fuentesnuevas, empezaba ya mi odisea hacia la oportunidad, concretando su continuidad cuando cogía yo el tren en la estación de Ponferrada para estudiar un año con los Hermanos Maristas en Túy (Pontevedra) primero, luego cuatro años en Grugliasco y dos en Bairo-Torre (cerca de Turín), Italia, y después cuatro años en Poughkeesie (Nueva York), Estados Unidos.

Inspirado en el amor de mi madre por la lectura, siempre he considerado la educación como la llave al éxito. Así pues, animado, apoyado y patrocinado por los Hermanos Maristas, acepté con entusiasmo el desafío y la oportunidad de viajar por Europa, Estados Unidos y África para estudiar y dedicarme a la enseñanza. En 1958 obtuve de Marist College, Poughkeepsie, el Bachillerato Superior con especialización en matemáticas. Después de casi un año de enseñanza, de vuelta al entonces centro internacional marista de Grugliasco y otro año en una escuela marista en Durban, África del Sur, tuve que confrontar la decisión más difícil y agonizante de mi vida: hacer los votos perpetuos como Hermano Marista o reincorporarme a la vida seglar. Me reintegré a ésta trasladándome a Cuba donde inicié mi nueva vocación traduciendo al español para Prensa Latina en La Habana, artículos en francés, inglés e italiano en la misma oficina donde trabajaba Gabriel García Márquez cuando él escribía Cien años de soledad.

Mis seis meses de estancia en Cuba se me hicieron larguísimos y muy penosos. Con mucha dificultad que detalladamente describo en mi primer libro Odisea hacia la oportunidad, logré salir el 21 de noviembre de 1960 para Nueva York. Me fui de Cuba con el corazón partido, y ciertamente atormentado. Hice escala por unas horas en Key West (Cayo Hueso), salí del aeropuerto a dar una vuelta por la costa. Por fin, estaba feliz. Me sentía liviano como si un gran peso se me hubiese quitado de encima, libre como un pájaro. Ya no habría nadie que me despojara de mi dignidad. Miraba hacia Cuba y veía sufrimiento y ruina. Miraba hacia Estados Unidos y contemplaba esperanza, paz y oportunidad. Me sentía tan bien a lo largo de esa costa, y tan fuerte era la sensación de libertad que se apoderó de todo mi ser, que nunca me vino a la mente la verdadera realidad que me esperaba… cuando sólo tenía 26 años.

Llegué a Nueva York por tercera vez (la segunda fue una escala de tres días en mi viaje de Durban a la Habana) con pocas posesiones materiales y con una visa limitada que el cónsul americano me había concedido en Durban. No me permitía trabajar en Estados Unidos, pero disponía de bastante tiempo para hablar libremente con las autoridades estadounidenses. Iniciaba de nuevo una nueva vida, pero ahora me hallaba en el país de la libertad y de la oportunidad. Eso, y la ayuda de Dios, era todo lo que necesitaba y podía esperar. Se me hizo muy difícil encontrar trabajo legalmente, mas lo conseguí con la ayuda de mucha gente decente y generosa del Departamento Legal del Arzobispado Católico de Nueva York y del Departamento de Inmigración que se interesó en mi porvenir en ese país.

Enseñé año y medio en una escuela secundaria privada en Somers, Estado de Nueva York, y cinco años en una pública en Wantagh, de ese mismo Estado. En 1962, contraje matrimonio con una dominicana, Josie (nombre intencionalmente ficticio), en la iglesia católica Nuestra Señora de la Asunción en Elmhurst (Nueva York). Nos casó un sacerdote de España que en el entonces seguía cursos conmigo en la Universidad de San Juan en Nueva York. Josie era una de las hijas de Manuel Fernández Mármol que en algún tiempo fue alcalde de la capital, Santo Domingo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, mano derecha del presidente Juan Bosch y, años más tarde, vicepresidente de la República Dominicana durante el gobierno de Jorge Blanco. A pesar de nuestras posiciones políticas diametralmente opuestas, Manolo y yo siempre nos apreciamos y nunca nos faltamos al respeto, aún en las discusiones más francas y calurosas cuando nosotros lo visitamos en Santo Domingo o él nos visitó en Los Ángeles, California, después de su reunión con el presidente estadounidense Reagan en Washington.

Mientras que yo cumplía con mis deberes de enseñanza, continué mis estudios y obtuve mi maestría en Literatura Hispánica en la Universidad de San Juan. Luego, a mediados de 1967, mi esposa, los tres niños que en aquel entonces teníamos y yo nos mudamos a vivir en los alrededores de Los Ángeles, donde nacerían los otros cuatro hijos que completaron la familia. Ahí, en la Universidad de California en Irvine, continué mis estudios universitarios que concluyeron en junio de 1976 cuando conseguí mi doctorado en Filosofía y Letras.  Posteriormente fui profesor en Los Angeles City College, una de las ocho universidades comunitarias de Los Ángeles.

En 1987, contraje matrimonio con Lucille Paradela en la iglesia católica Nuestra Señora del Buen Consejo en Los Ángeles. Es cebuana de Filipinas y, en el entonces, dirigía el Departamento de Enfermería en Los Ángeles City College. Cuando me jubilé a fines de abril de 1995, Lucille ya se había retirado de la vida laboral y yo había comenzado mi noveno año de liderazgo del Departamento de Idiomas y Humanidades de esa misma universidad comunitaria.

Tras mi jubilación, el ritmo de mis viajes se ha acelerado como también se ha multiplicado el número de mis escritos. He sido muy afortunado en mis periplos por los cinco continentes (45 países y más de 500 ciudades grandes), pero como toda vida humana, la mía no ha sido sólo gloria y sólo rosas. También he sentido el picazón de espinas y la decepción del fracaso, como bien hago resaltar en mis libros. Sin embargo, al escribirlos, tanto en la versión española como en la inglesa, he tratado permanecer optimista, surcar las olas del entusiasmo y de la ilusión, inspirar dedicación y provocar deleite.

Tal vez algunos lectores de este artículo deseen conocer los títulos de mis libros. Los tres primeros forman una trilogía autobiográfica y están escritos en tercera persona: Odisea hacia la oportunidad (Odyssey to Opportunity), Odisea reanudada (Odyssey Resumed) y Odisea realizada (Odyssey Fulfilled). Luego escribí, en la misma vena autobiográfica y viajera, Más allá de mi odisea (Beyond My Odyssey). Hace dos años se publicó mi poemario Odisea lírica Recordada.  Ya lo he traducido al inglés, pero todavía no ha visto la luz del día. Finalmente, en 2004, se publicó un librito de asunto muy local: Ermita del Divino Cristo de Fuentesnuevas. Colaboraron conmigo en la producción de esta obra dos de mis amigos bercianos: el investigador y escritor Marista, José Diego Rodríguez Cubero de Villanueva de Valdueza, responsable por la documentación, y el poeta bembibrense Héctor Blanco Terán que escribió el prólogo y se ocupó del aspecto artístico del libro. Esta obra ha sido un donativo nuestro para la restauración de las imágenes de la Ermita y de la iglesia parroquial. Sólo se puede conseguir en la pedanía de Fuentesnuevas.

Otro asunto que intriga a mis lectores hispanos es mi nombre: Roger R. Fernández. En Estados Unidos se usa, en este orden, el “Name” (nombre de pila), el “Middle name” (nombre de en medio que es opcional y corresponde al apellido de la madre) y el “Last name” (último nombre que es obligatorio y corresponde al apellido del padre). Por eso, aunque mi nombre español es Roger Fernández Rodríguez, tuve que convertirlo en Roger Rodríguez Fernández. De ahí viene Roger R. Fernández que se encuentra en toda mi documentación, pues he vivido más de medio siglo, y todavía sigo viviendo, en Estados Unidos. Sin embargo, en asuntos que sólo conciernen a España se usa mi nombre español. Así consta, por ejemplo, en el homenaje que, a petición de la Junta Vecinal de Fuentesnuevas, Ponferrada me rindió en 2004 concediendo mi nombre a una calle en el barrio de esa localidad donde crecí y me crié algunos años. Ese vial, entre el restaurante La Casona y la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción, lleva hoy día por nombre, Calle Roger Fernández Rodríguez. Naturalmente, representa un gran honor para mí y suscita mi más sentida gratitud.

De vez en cuando pondero sobre aquel entonces de mi infancia insaciable e inquisitiva del fin de la década de los años 40, cuando salía yo de mi “patria chica”, El Bierzo, en busca de un mundo más amplio y versado en otros idiomas. Eludía, así, una posible, mas verdadera tragedia en mi vida: tener un sueño y no poder realizarlo. Parecía que “ni cadenas, ni riesgos, ni distancias podían vedar el triunfo a una fantasía infantil de colmo personal”. Hoy día, tras una trayectoria más bien tortuosa y, a veces dramática, uno de esos ámbitos culturales que buscaba ha premiado mi entrega total y sin reserva a la enseñanza de la juventud en sus coordinadas internacionales.

El Bierzo siempre me ha sido entrañable. Tiene algo mágico y encantador que me penetra el corazón y me acompaña por doquier. En toda mi existencia, el suelo berciano ha sido cantera riquísima de donde, como un  torrente, han salido esas fuerzas religiosas y humanas que me han ayudado a superar obstáculos, realizar sueños y concretar empeños.

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20 Comentarios
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Inés C. Colinas
Inés C. Colinas
22 de diciembre de 2009 14:05

Héctor Blanco Terán quien escribió el prólogo y se ocupó del aspecto artístico del libro. Gran compañero. Y una gran presona.
Un saludo.
Inés.

Daniel Diez
Daniel Diez
22 de diciembre de 2009 19:25

Roger He leido con detenimiento Tu Largo Periplo, es realmente impresionante.

El final me emociono

Te deso Unos dias Felices en estas Fechas tan entrañables

Daniel Diez
Reus

suni fernandez
suni fernandez
22 de diciembre de 2009 22:19

Este articulo me dejo con lagrimas porque yo he gozado del Bierzo con mi padre. Espero regresar ahi un dia pronto. Es un sitio maravilloso.

JAIME
JAIME
23 de diciembre de 2009 07:49

COMO SIEMPRE ME IMPRESIONAS Y SOBRESALES DE TODO LO QUE UNO PIENSA SOBRE TI.FELICES PASCUAS Y PROSPERO ANO NUEVO 2010 a TI Y MADAM LA GORGEOUS

José Diego Rodríguez Cubero
José Diego Rodríguez Cubero
23 de diciembre de 2009 10:52

Estimado Roger, y entrañable amigo y compañero de estudios en Italia, allá por los años de 1950…. y luego separados durante muchos años por nuestros respectivos trabajos. Tú en Estados Unidos, África del Sur, Cuba etc… y yo en el Perú y en el Congo… Hasta que hace muy pocos años, ya los dos jubilados, casualmente, nos volvimos a encontrar en EL BIERZO con motivo de la presentación de mi libro sobre el Gobernador del Perú Don Lope Garcia de Castro… Y a partir de entonces, cada año por San Roque nos hemos vuelto a encontrar en Ponferrada.

He leído entusiasmado todos tus ODISEAS, estupendas descripciones de tus numerosos viajes por el mundo. Y en cuanto al librito sobre la ermita del Cristo de Fuentesnuevas, que escribimos, Tú desde Los Ángees y yo desde León, sé que evitó la dasaparición de una antiquísima ermita del siglo XVI construida al borde del camino Francés hacia Santiago de Compostela.
Te deseo toda clasa de éxitos y «QUE VIVA EL BIERZO»

Samuel Candido de Oliveira Castro
Samuel Candido de Oliveira Castro
Respoder a  José Diego Rodríguez Cubero
24 de octubre de 2011 22:53

Prezado José Diego Rodríguez Cubero,

Peço o especial favor de contatar-me, pois gostaria de indagá-lo sobre a ascendência de Dom Ruy Garcia de Castro (pai de Dom Lope Garcia de Castro, vice rei do Peru).
Agradeço uma atenção. Abraço fraterno

Francisco J. Castellanos Rodríguez
Francisco J. Castellanos Rodríguez
23 de diciembre de 2009 14:51

Roger:

He podido leer el artículo que escribiste para el blog «Plumilla berciano». Muchas de las incidencias que mencionas ya las conocía, pero otras me han intrigado y, al mismo tiempo, me han hecho saber que tú también has tenido que recorrer medio mundo para poder llegar a un lugar donde enconcontrar la tranquilidad, el sosiego y la serenidad que dan los años y la sabiduría. Gracias por el artículo. Me ha gustado mucho y he disfrutado leyéndolo.

Permíteme que te desee UNAS FELICES NAVIDADES Y UN AÑO NUEVO LLENO DE PAZ Y DE FELICIDAD con los tuyos.

Francisco J. Castellanos

Héctor Blanco Terán
Héctor Blanco Terán
23 de diciembre de 2009 23:06

Leer tus comentarios, es un placer exquisito, es ese magnífico resumen de una vida basada en unos valores, precisos, preciosos y profundos, en donde la voluntad, la decisión y la fuerza del espíritu van dehojando los pétalo de la margarita de tu vida, ellos van mostrando las raices entrañables de un alma fruto de la siembra de ese cariño intenso y entregado que sólo puede dar una madre.
Amigo Roger, tus escritos: Enseñan, alegran y despiertan las ganas de vivir.
Un abrazo para ti y otro para Lucille,
¡¡ Feliz Navidad !!

Hugo Blanco Alonso
Hugo Blanco Alonso
23 de diciembre de 2009 23:44

Sr. Roger: Ud. sabe que su obra figura en un lugar especial de mi casa, yo la he leido muchas veces y mi padre me la suele recordar con frecuencia.
Soy estudiante de Comunicación Audiovisiual en Salamanca y tengo a gala y así lo hago saber siempre que tego ocasión , que mi primera entrevista como trabajo universitario, se la realicé a Ud. Ésta ha sido toda una hermosa lección académica, pues su delicadeza, precisión de detalles y su magistral exposición fue realmente encantadora.
Al leer hoy su resumen, he sentido la necesidad de escribirle para darle mi más expresivas gracias.
Sus escritos: Enganchan, alegran y hacen Bierzo.
Un saludo afectuoso. Felices Fiestas.

Pituca
Pituca
24 de diciembre de 2009 06:33

!Gracias ! Sr Roger por esa leción de Humildad y sencillez, que suelen tener los grandes talentos.

Un abrazo de esta berciana en el extranjero. Feliz Navidad.

Vicente Rodriguez
Vicente Rodriguez
24 de diciembre de 2009 07:52

Estimado Roger,
Al leer tu biograpfía resumida y al hablarme del Bierzo casi me puse a llorar de alegría y algo de orgullo. Soy el berciano que más lejos fué a parar y hacer vida, pués, después de Bairo y dos años en Saint Genis-Laval (Lyon, Francia) vine a Nouméa (Nueva Caledonia, Oceanía). Si te digo que si en vez de volver a menudo a ese Bierzo tan querido hubiese comprado pisos, ya tendría seis o siete. Pero para mi el Bierzo, y en el Bierzo Villanueva de Valdueza, era y sigue siendo vital. Para la próxima primavera, si Dios quiere, volveré. De jubilado me puse a escribir para decir lo que pienso de las innumerables reformas de la enseñanza francesa. El libro es: Deviens Toi-même, Parents absents…Enfants perdus. ¿Qué hice de mivida? Los pricipales detalles de la vida profesional entán en http://web.archive.org/web/20091018053213/http://www.ddec.nc:80/blaise-pascal/index.htm
Diego me había hablado de ti y de tus libros. Los busqué sin exito durante mi último viaje. Cuando vuelva a Ponferrada los volveré a buscar.
Pero hoy te deseo a ti y a todos tus filiares y a todos los bercianos que lean estas líneas FELICES FIESTAS DE NAVIDAD Y UN FELIZ AÑO 2010

Roger R. Fernandez
Roger R. Fernandez
24 de diciembre de 2009 14:12

Estimado Vicente:

Hasta ahora he leído con gran interés y reprimida gratitud los comentarios que se han publicado sobre mi artículo. Mi agradecimiento se extiende para todos, pero en tu caso, tengo que hacer una excepción e incluir aquí mi reacción al tuyo, pues la última vez que te vi fue en 1954 en Bairo Torre, Italia, donde Diego y tú os quedabais un año más estudiando en Italia y yo me iba a estudiar a Poughkeepsie, Nueva York, Estados Unidos.

Gracias por el enlace que incluiste en tu comentario. Lo acabo de leer. Veo que, como Diego, tú también llevas una vida intensa de investigador. ¡Felicitaciones! Me ha fascinado la historia del Liceo Blaise Pascal. Por las fotos, creo que me hubiera gustado enseñar en él, al menos por algún tiempo… Espero con anticipación leer tu libro y que algún día coincidamos en nuestras visitas a nuestro entrañable Bierzo.

Puedes conseguir mis libros (sólo la versión española) en varias librerías de Ponferrada, sobre todo la de Quiñones arriba y Casa del libro abajo o en Fuentesnuevas, en casa de mi hermana Esther. Ya son muy pocas las copias que quedan del primero “Odisea hacia la oportunidad”.

Os deseo a ti y a todos los lectores de mi artículo una FELIZ NAVIDAD y un FELIZ, PRÓPERO Y SALUDABLE AÑO NUEVO.

Roger

ESTHER FERNANDEZ
ESTHER FERNANDEZ
27 de diciembre de 2009 00:36

Hola tio Roger ,me ha emocionado mucho tu mensaje navideño y la cronica de tu vida,un beso y feliz navidad y prospero año nuevo para ti y los tuyos,un beso muy fuerte de tu sobrina ESTHER

Robert Fernandez
Robert Fernandez
28 de diciembre de 2009 19:58

Todavia recuerdo El Beirzo de mi juventud cuando visitamos mas de 30 anos pasado. Afuera de el region, El Bierzo no tiene un campeon mas apsionado de Dr. Roger Fernandez, con su estilo de escritura descriptivo y emotivo. Que Viva El Bierzo y Espana!

trackback
Trackback
1 de enero de 2010 11:58

Comentario…

[..]Articulo Indexado Correctamente[..]…

suni fernandez
suni fernandez
4 de enero de 2010 01:06

Abuelo Roger
My mom, Suni told me about your article. I saw it and translated some of it for me. I thought it was very amazing and I wish you good luck.
-Brooke Knudsen

Beatrix L.A
Beatrix L.A
9 de febrero de 2010 22:09

Impresionante tu historia, Roger. Espero que pronto me cuentes más anécdotas en una comida con una buena sobremesa, como nos gusta a los bercianos.

Un abrazo de otra berciana en California,

Beatriz

John M. Fernandez
John M. Fernandez
3 de abril de 2010 03:26

Dear Roger,

I enjoyed your autobiographical article iimmensly. A beautiful record of a humble yet purposeful life. I am sorry to say that I cannot say as much for my own. My heartfelt congratulations for your achievements!

Sincerely,

John

Anónimo.
Anónimo.
1 de marzo de 2012 10:43

Hola roger, decirte que solamente he leido un libro tuyo espero poder leer el resto y la verdad que me encanto, una historia muy bonita eres un hobre con mucho vivido y con un gran corazon un beso muy fuerte y aunque hace mucho que nos vimos espero tener el placer de volverte a ver alguna vez mas, recibe un fuerte beso y abrazo de una amiga de terrassa

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7 de enero de 2016 01:53

[…] Miguel Martínez, Toribio Fernández Otero, Roberto Enríquez, María Garrido, Toño Criado, Roger R. Fernández, Marcos Vecín y Beatriz […]