Dentro de muy pocas horas iniciaré un esperado y ansiado viaje. Por fin vuelvo a mi pueblo. Será sólo para el fin de semana, pero no voy desde agosto… y ya hay morriña.
Aunque no será un ‘finde’ cualquiera, porque ya nada será como antes. El sábado 27 de septiembre fue un día negro, esos de tachar en el calendario y esperar a que no se vuelvan a repetir. Hace unas semanas que me enteré de que en esa fecha, tras casi 30 años de actividad, cerró el Abadie, unos de los mejores pubs de Fabero.
Recibí la noticia por email. Su dueño, Amable, nos comunicaba a todos los que éramos o habíamos sido clientes, y estamos en el éxilio, que el proyecto había llegado a su fin.
La verdad es que no me podía creer lo que estaba leyendo (a pesar de que el asunto del correo era bastante descriptivo de lo que te ibas a encontrar dentro). Puede parecer una tontería o incluso, para el que no entienda de lo que escribo, una frivolidad. Pero que le voy a hacer, a mí me dio una pena terrible, hasta el punto de llegar a emocionarme y todo.