Hacía varios meses que quería ver el documental «Remine, el último movimiento obrero», del periodista asturiano Marcos M. Merino, y, por fin, recientemente, lo he podido hacer. Por lo tanto, me gustaría compartir con todos vosotros esta experiencia y hacer una recomendación cultural, tan ligada a la minería del carbón como esta y tan necesaria en estos días, por las nuevas reivindicaciones mineras, surgidas durante las últimas semanas, que vuelven a estar de plena actualidad.
La mayoría de vosotros conocéis ya mis orígenes mineros y la sensibilización que en Plumilla Berciano tenemos con esta profesión y, sobre todo, con sus diversas problemáticas y reivindicaciones. De esta forma, la minería siempre ha estado muy presente en este blog, tanto en momentos felices, como los protagonizados en la sección La Mina, con entrevistas y perfiles a mineros, al igual que en las diversas celebraciones de Santa Bárbara. Así como en otros periodos más amargos, en los que tuvimos que explicar «La problemática del carbón autóctono», -allá por 2010-, de una forma más técnica y periodística que en 2012, cuando hubo que volverlo a contar de una forma más práctica, con ejemplos y hasta con una comparación, en «La metáfora del turismo para explicarla crisis del carbón», porque el problema seguía totalmente vigente. También hicimos una cobertura y guiño especial a la Segunda Marcha Negra y a la Tercera Marcha Negra, además de generar otras muchas entradas sobre minería. Igualmente, no es la primera vez que hacemos referencia a un documental sobre minería, pues en la celebración de Santa Bárbara 2013, también nos hicimos eco de «Coal women, Trusting in Uncertainty», que traducido al castellano sería algo así como “Mujeres del Carbón, confiando en la incertidumbre”, obra de Iñigo Alacañiz.
Pero hoy el protagonista es, como ya indicaba, Remine, ese gran trabajado audiovisual de Marcos M. Merino, producido por su empresa Freews Producciones Audiovisuales.
Remine muestra, de forma magistral, las movilizaciones mineras del año 2012 en la minería del carbón española, inicialmente en Asturias, aunque posteriormente, además de lo mineros asturianos, también cobraron protagonismo los bercianos y resto de leoneses, que, finalmente, acabaron confluyendo en Madrid, con el resto de mineros españoles, como, por ejemplo, los de Palencia y Teruel, en una jornada histórica que nosotros tuvimos el placer y orgullo de vivir en la capital.
El argumento de la obra se basa concretamente en el hecho de que más de 4.000 mineros declararon «una huelga indefinida contra los recortes históricos aprobados por el gobierno español». Y es que, «¿qué ocurriría si en algún lugar siguiera vivo el movimiento obrero surgido en la Revolución Industrial y despertara para lucha contra la peor crisis económica? Los trabajadores organizaron a diario protestas: cortando carreteras, encerrándose a 700 metros de profundidad, caminando 500 kilómetros hasta Madrid, etc. «Pero ya nada es como antes… ni siquiera los supervivientes del último movimiento obrero».
Aunque, realmente, esta no era la idea original del guión del proyecto. Merino y su productora, Marta F. Crestelo, habían iniciado este trabajo con el objetivo de explicar qué había pasado en las cuencas mineras asturianas durante los últimos 30 años de reindustrialización. Para ello convivieron con los vecinos del valle asturiano de Turón, durante más de 7 meses, durante los que hicieron 150 entrevistas a vecinos, mineros en activo, mineros prejubilados, políticos, sindicalistas, periodistas, historiadores, economistas, jóvenes, profesores, empresarios, mujeres del carbón, etc. Un detallado trabajo de documentación que les sirvió para «comprender que la narración de la película debía resaltar las emociones que distinguen a los seres humanos que habitan las cuencas mineras, de los de otros lugares del mundo».
Pero, finalmente, la realidad y actualidad de la situación de 2012, que no es muy diferente a la dibujada en 2015 -en la que no todo sigue igual, sino que la situación está mucho peor-, hicieron que finalmente el documental fuese como realmente es, según explican sus autores en el libreto del DVD.
Si tenéis la oportunidad de ver Remine, no lo dudéis. Y sí esta no surge, buscadla, porque realmente es una obra exquisita, que no hay que perderse, pues es imprescindible, tanto para los habitantes de las cuencas mineras, como para cualquier persona. Durante los 101 minutos que dura, la secuencia de imágenes no para de tocar la fibra al espectador y poner los pelos de punta, pues, además de contextualizar bastante bien la problemática, es muy emotiva. ¡Un gran trabajo, muy completo! ¡Y totalmente recomendable!
Por otro lado, hay que destacar que Remine ha obtenido la Mención Especial del Jurado (Sección Derechos Humanos) en el BAFICI XVI, el premio a la Mejor Película – Nuevas Olas, No Ficción del Festival de Sevilla, el premio al Mejor Documental del Festival de la Memoria Documental Iberoamericano y el Premio del Público en la 28ª edición de Cineuropa.
Como decíamos, Remine es obra de Marcos M. Merino, con guión del propio Merino y Marta F. Crestelo, que también se encargó de la producción. El montaje fue obra de Ana Pfaff y del sonido se ocupó Óscar de Ávila.
Por cierto, he tenido oportunidad de ver Remine gracias a un proyecto que, dicho sea de paso, me parece muy interesante: el Café Kino. Una forma diferente de ver cine, en los bares, en este caso en el Café de La Palma, de Madrid. Una experiencia también altamente recomendable que los que vivís en Madrid -o si estáis de visita-, tampoco os podéis perder.
Por último, si queréis ver Remine, podéis acudir a alguna de sus proyecciones, comprar el DVD, a un precio de 14 euros -libreto + DVD- en uno de los puntos autorizados o a tráves de Internet -yo lo he hecho en la propia proyección y también os lo recomiendo-, o verla online en plataformas como Filmin o Yomvi de Canal +. Esperamos que os guste y, tanto si la habéis visto ya, como si la veis en el futuro, nos gustaría contar con vuestras impresiones.
Acabo de leer tu artículo sobre Remine y escuché el relato de Marcos M Merino. Demás está decir que me ha llegado al alma. No pude evitar el nudo apretándome la garganta y que se me empañaran los ojos. Ya sabes que mis padres, mis hermanos y yo mismo, todos fuimos mineros en Toreno. Me satisface que te inmiscuyas en el tema, apoyando estos reclamos.
Un fuerte abrazo. Américo
¡Hola, Américo!
Me alegro de que te haya llegado al alma, pues los que tenemos raíces mineras es importante que no lo olvidemos y es importante que nos sigan emocionando este tipo de realidades y trabajos.
Sí has tenido un nudo en la garganta con esto y se te han empañado los ojos, imagínate lo que puede ser ver todo el documental íntegramente. Doy fé de que la emoción y las lágrimas pueden durar más de hora y media, 😉
Muchas gracias por comentar y por todo.
Un fuerte abrazo,
Juanma
Excelente artículo, como siempre en tu línea Juanma, apoyando a los mineros y a su causa que es la de todo bien nacido sin duda. Es cierto lo que comentaba el periodista de REMINE que en la sociedad ha calado muy hondo el tema de las prejubilaciones de los mineros que es muy alta, las subvenciones a las empresas mineras, pero en fin no nos acordamos que gracias a ellos tenemos electricidad en casa, cocinaban nuestras madres gracias al carbón y nos calentábamos gracias a él.
Ahora la moda es el gas natural, los deribados del petroleo y llenar de cruces blancas nuestros queridos montes bercianos, otros gallos cantan y a otros benefician tanto huerto solar, imputaciones por chanchullos y demás telares que no vienen ahora al caso. Lo dicho, enhorabuena Juanma y suerte a los mineros que si ellos tienen suerte la tenemos tod@os, eso no lo dudo.
Hola, José Antonio.
Contigo da gusto, porque siempre estás pendiente y al quite. Muchas gracias por tus palabras.
Sobre lo que indica el autor de Remine en la entrevista compartida, desde mi punto de vista, yo creo que a lo que se refiere realmente es a que desde algunos Gobiernos e instituciones se ha estado mandado el mensaje, desde haces unos años, de que los mineros cobran sueldos altos, que se prejubilan cobrando una fortuna, que se dan demasiadas subvenciones al carbón… para perjudicarlos de cara a la opinión pública, ya que «molestan» a muchos gobernantes con su lucha. Todo esto no es realmente así y en los casos en que sí lo es está plenamente justificado. Lo que pasa es que es un tema muy complejo que se tiende a simplificar y mucha gente que no entra en profundidad en él no lo entiende. Y sí se añaden mentiras y más mentiras, hace que muchas veces este tipo de reivindicaciones no tenga tanto respaldo como hace años. Pero la mayoría de la gente no es tonta y, como se demostró en 2012 en Madrid, saben diferenciarlo y posicionarse del lado del que tiene razón y lo necesita, xD.
Por lo demás, totalmente de acuerdo contigo. ¡Muchas gracias!
Juama los has »bordado»» excelente articulo.Piel de gallina se me puso,un abrazo.
¡Muchísimas gracias, como siempre, Pituca!
Un fuerte abrazo,
Juanma
[…] Por cierto, si hace 2 años nos hacíamos eco y recomendábamos el documental “Coal women, Trusting in Uncertainty”, hoy es el turno de otro, que, aunque ya lo habíamos destacado a lo largo de este 2015, que mejor que tenerlo tal día como hoy también presente: “Remine, el último movimiento obrero”. ¡Salud! […]